Todos sabemos que nuestra existencia, nuestra pequeña
historia, no es más que el conjunto inmenso de momentos únicos, buenos y malos,
especiales y cotidianos, extraordinarios y normales… Pero cuantas veces se nos
escapan sin habernos dado apenas cuenta, que cambio tan grande cuando abrimos
de verdad los “ojos” y experimentamos que esto, realmente es así.
Cada día encierra cientos de cosas bellas: miradas,
sonrisas, encuentros casuales, puestas de sol… Para disfrutarlas, debemos estar
dispuestos a encontrarlas, a veces escondidas en el trajín y el bullicio. Por
tanto, es solo cuestión de actitud, de si quiero o no quiero ir de esta forma
por la Vida.
Desde la Psicología Positiva, para referirnos a esto
hablamos de savoring, es decir la capacidad de saborear cada momento, cada
vivencia, haciéndonos expertos en localizar aspectos positivos y por tanto
alcanzando mayor grado de satisfacción personal, de FELICIDAD.
El verano, las vacaciones, el descanso facilitan la tarea, espero
de corazón que hayas disfrutado mucho, exprimido y sacado jugo al máximo. Deja
que comparta contigo uno de mis momentos más especiales, sentada en la orilla
de la playa, he sentido algo muy especial cuando he visto a mis hijos jugar con
su padre en el agua, siendo consciente de que la vida pasa rápido, de lo pronto
que se han hecho “mayorcitos” , todo esto mientras comprobaba que mi barriga ya
no es “mi barriga” y que pronto, si Dios quiere, estaremos más acompañados.
Haz una lista de momentos para el recuerdo y siéntete agradecido. Verás
que bien te sienta el ejercicio.