Varios personajes estaban esperando cruzarse en mi camino.
El primero, un profesor un tanto especial, que me haría pensar y profundizar,
más que nadie. Gracias a sus consejos, apareció en mi vida la Psicología y la
Universidad Complutense, me hizo llorar, enfadar y reír, otra de las paradojas
de las que tanto me gusta hablar, fue encontrarme con él.

Y por último, lo que en psicología llamaría “mi red social
de apoyo” más importante: (excluyendo a la familia) mis amigas del alma, las que quedan para siempre, las que encuentras
aunque estén a cientos de kilómetros. Todas nuevas, desconocidas hasta entonces,
y ahora indispensables en mi vida…
Gracias de corazón a todos, también a los que no he podido
nombrar, profesores, alumnos y sacerdotes, fue el año más duro de estudios (mucho
más que en la Carrera) y el más divertido y ocioso, ¡qué gran año!
Ahora, vuelvo a aportar yo, mi granito de arena, haciendo lo
que me gusta, hablaros de lo mío, esperando que os guste en lo que me he
convertido…
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