Estaba recogiendo la cocina cuando me entere a través del telediario de la noticia del ataque sufrido en la Capilla del Campus de Somosaguas, sede de distintas facultades de la Universidad Complutense de Madrid, entre ellas la de Psicología donde yo me licencié.
Sentí una gran pena y también impotencia por no poder ayudar, más de cien veces me hubieran podido encontrar a mi allí, pero eso era hace años, aun así, siento la Capilla, a su gente y a su Capellán como algo mío, familiar y cercano. No fui capaz de reparar en su presencia hasta 4º de carrera, jamás antes había pasado por su puerta ni había puesto un pie en su interior pero algo (en concreto un cartel de la Virgen de Guadalupe) en unas escaleras de la facultad me llamó la atención justo al empezar el curso del año 1997, tras un encuentro inolvidable con el Padre Rafael, entre a formar parte de la Capilla.
En el campus siempre hemos convivido gentes de muy distinta clase e ideología, algunos más que otros se hacían notar con parafernalia y ruido para conseguir sus propósitos…atraer la atención de los demás.
Aunque siempre he sido católica, mi fe estuvo apagadilla durante los tres primeros años de carrera y gracias a la Capilla, descubrí cuál era mi más preciado tesoro, aprendí a ser valiente y no tener vergüenza por admitir mi fe de forma pública, a pasear junto a un sacerdote en un entorno claramente no religioso, y por qué negarlo, a superar los primeros días de sonrojo ante las miradas curiosas que veían sentarse en sus comedores a un grupo nutrido de jóvenes alrededor de un capellán para simplemente pasar un buen rato.
Jamás nos metimos con nadie, ni siquiera con aquellos que observaban intimidando al grupo; nos llenaba de orgullo decir a todos los que nos preguntaban ¿Quiénes sois?: Somos los de la Capilla de Somosaguas…
Aprendimos a ser comprometidos y activos ciudadanos, a tener interés e inquietud por descubrir la Verdad de las cosas y de la Vida, lo verdaderamente importante: “Que el corazón tiene razones que la razón no alcanza a entender”.
Muchas gracias a todos y cada uno de los que formais y habeis formado parte del grupo…gracias en especial al Capellán.
3 comentarios:
Comparto plenamente todo lo que nos has contado Paloma. Para mí la Capilla ha sido una escuela de Vida donde he aprendido en libertad a buscar el Bien, a respetar y valorar a todo el mundo por el hecho de ser persona. También me entristeció mucho cuando vi en la tele las imágenes, pero Dios sabe sacar mucho Bien del mal. Estoy convencida de que todo el que se acerca a la Capilla y participe de las actividades entiende lo que quiero decir. Agradezco también al Capellán por la labor que está haciendo.
Gracias
Muchas gracias Paloma por haber expresado tan bien lo que muchos hemos vivido en la capilla universitaria de Somosaguas.
Es realmente triste e injusto lo que ha pasado estos días, porque esa capilla, al igual que otras muchas en otros sitios, han salvado la vida de muchas personas de una o de otra manera.
La labor tan generosa y abnegada de los capellanes y en este caso del Padre Rafael es realmente heroica, ya que a pesar de los insultos y desaires que sufren a diario no se cansan de estar allí, atentos y pacientes como Jesucristo a las puertas de nuestro corazón, para salir al encuentro de quien lo necesite dejándolo todo y enseñando a los jóvenes la Belleza de la Vida.
Si mal no recuerdo el Padre Rafael lleva ya allí alrededor de 12 ó 13 años de entrega incondicional por todos los estudiantes de ese campus, incluidos los que le persiguen. Y el padre Feliciano, ahora Delegado de Pastoral universitaria lleva muchos más. Pero que no se nos olvide que al que verdaderamente odian y persiguen es a Jesucristo y eso es lo verdaderamente triste e injusto, el odio no es a los cristianos, ni a los curas, sino a lo que ellos representan que es a Jesucristo, al Hijo de Dios.
Por si a alguien le viene bien, mañana viernes 18 de marzo habrá una misa de desagravio en la capilla de Somosaguas a las 13:30.
Gracias mil a los dos...
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