Si quieres mejorar el conocimiento de ti mismo o comprobar la coherencia entre la imagen que das y la que crees tener, no hay nada mejor que preguntar a los demás. Empieza por los más cercanos, la familia, los amigos, la gente que te quiere de verdad…ellos te conocen realmente y pueden arrojar pistas que refuercen tu autoestima pero que también te desconcierten y abran nuevos conceptos.
Después, las personas que te rodean en el trabajo, este ejercicio es sanísimo para los directivos, al menos una vez al año haz una valoración no sólo de tu ejercicio profesional sino también del personal…y toma nota.
Es tan fácil como pedirles que te digan tres cualidades y tres defectos, lo mejor y lo peor en su opinión que nos caracteriza…y luego saca conclusiones. Te ayudará a mejorar, haz la prueba.