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viernes, 29 de abril de 2011

Pregúntale a los demás

Si quieres mejorar el conocimiento de ti mismo o comprobar la coherencia entre la imagen que das y la que crees tener, no hay nada mejor que preguntar a los demás. Empieza por los más cercanos, la familia, los amigos, la gente que te quiere de verdad…ellos te conocen realmente y pueden arrojar pistas que refuercen tu autoestima pero que también te desconcierten y abran nuevos conceptos.
Después, las personas que te rodean en el trabajo, este ejercicio es sanísimo para los directivos, al menos una vez al año haz una valoración no sólo de tu ejercicio profesional sino también del personal…y toma nota.
Es tan fácil como pedirles que te digan tres cualidades y tres defectos, lo mejor y lo peor en su opinión que nos caracteriza…y luego saca conclusiones. Te ayudará a mejorar, haz la prueba.

martes, 19 de abril de 2011

Man in the mirror

Es muy fácil hablar entre amigos sobre cómo cambiar el mundo, a veces acaloradamente incluso, nos atrevemos a decir qué haríamos nosotros si tuviéramos un puesto de poder, acabaríamos con el hambre y las injusticias sociales, gobernaríamos mucho mejor el país y el numero de delincuentes descendería…

Estamos llenos de grandes deseos, ideas y proyectos que si no se concretan en acciones no llevan a ningún sitio. Yo siempre digo lo mismo, hacer bien las cosas pequeñas, esforzarse por  mejorar los detalles facilita mucho las cosas y nos prepara para las grandes acciones.
Gobernar una nación con éxito es imposible si no se es capaz de gobernarse bien uno mismo y cambiar el mundo es inviable si no somos capaces de cambiar y mejorar nosotros primero.

Empieza por ti mismo, por el hombre o mujer del espejo:
“I'm starting with the man in the mirror, I'm asking him to change his ways
And no message could have been any clearer,
If you wanna make the world a better place  
Take a look at yourself, and then make a change”



miércoles, 13 de abril de 2011

Cuando se cierra una puerta...se abre una ventana

Os diré que creo firmemente en ese enunciado, al menos a mí me ha sucedido tantas veces que sería injusto decir lo contrario.
Hoy ha sido un día duro, me dolía mucho la cabeza cuando me he levantado, además llevo arrastrando un resfriado-alergia más de una semana, aun así tenía una cita ineludible y allí he estado yo. Mis expectativas eran altas pero finalmente no se han cumplido. “No pasa nada” me decía mientras conducía de vuelta pero los ánimos estaban por el suelo. De pronto en un segundo me desvié del camino normal y me perdí por una carretera sin saber a dónde llevaría y allí apareció de repente mi nueva oportunidad…una ventanita que de momento está abierta.
Y esta noche, cuando estaba a punto de acostarme porque sinceramente estoy agotada, (quien esté acostumbrado a bregar con tres niños en casa más de cinco horas seguidas sabe a lo que me refiero) otra ventana también se ha abierto…encontré algo que me hacía mucha falta y sin estar buscándolo. Muchas gracias D.B. no te imaginas el efecto que han tenido hoy tus palabras.

domingo, 10 de abril de 2011

El Príncipe Azul

Casi todas las niñas hemos soñado alguna vez con el Príncipe Azul, nos hacemos una imagen de cómo sería el hombre perfecto, le damos un aspecto físico y psicológico, incluso le ponemos tono de voz…con el trascurso de los años, le vamos dando retoques, basados en nuestra propia experiencia, hasta que tenemos una definición bastante exacta de lo que nos gustaría.
Mientras, vamos madurando, definiendo nuestra personalidad y sabiendo mucho mejor lo que queremos en la vida, de manera que cuando conocemos a un chico valoramos más que encajemos bien, que el hecho de que se parezca a ese príncipe azul….eso al menos es lo ideal.
Pero muchas veces ocurre que nos deslumbra el parecido de un chico nuevo con ese Príncipe Azul, nos olvidamos de todo lo anterior: de si de verdad nos gusta cómo es y no sólo lo que aparenta, de si encajamos o no, de si le gustamos tal y como somos…sólo sabemos que es “perfecto” para nosotras y que haremos “lo que haga falta” para estar con él, incluido enseñarle solo lo que pueda atraerle o incluso convertirnos en otra para seguir adelante…
Antes o después el Príncipe, deja de serlo y se vuelve normalito como todos los demás y comenzamos a verle defectos, muchos defectos y encima, como ya no podemos seguir aparentando, empezamos a mostrar una cara de nosotras mismas mucho más real que nada tiene que ver con la que mostramos en un principio.
Vamos a profundizar de verdad en las relaciones, vamos a dedicar el mayor tiempo que compartamos juntos a conocernos más y mejor…. Acordaros, también vosotros de que nadie es perfecto, aunque lo parezca.

jueves, 7 de abril de 2011

Brillar con luz propia

Dejadme que entre en detalles… ya os dije que el líder “debe brillar con luz propia y sacar lo mejor de los demás”. Hoy quiero hablar sobre lo primero.
Brillar no significa necesariamente relucir más que los demás, desde mi punto de vista se trata solo de tener una lucecita encendida dentro, normalmente en el corazón, eso se refleja en el exterior y se traduce en brillo, llamativo para los demás. Todos poseemos esa bombillita, lo que ocurre es que algunos aun no la han encendido.
Ser capaces de despertar admiración no tiene nada que ver con la perfeccion…nadie es perfecto, sin embargo todos admiramos cualidades como la honestidad, la lealtad, el buen hacer, la amabilidad, etc. Desde la admiración es muy fácil infundir respeto, y desde el respeto trasmitir autoridad. No una autoridad impuesta por un cargo de altura o por el poder de la fuerza. Es más parecida a la autoridad de un padre o madre al que se ama, al que “es mejor hacerle caso” porque sabe lo que se hace y lo que nos pida será bueno para nosotros, incluso cuando no estamos seguros de haberlo entendido. No sé si me explico bien.
Es imposible influir a largo plazo en los demás por la fuerza o el poder…es mucho más sencillo que alguien que se ha ganado el respeto y la admiración de otros, resulte inspirador y motivador.
En definitiva alguien que da lo mejor de sí es fácil que obtenga lo mejor de los demás.

martes, 5 de abril de 2011

Rectificar es de sabios

Siempre me ha dado mucha pena escuchar a algunas personas decir que “no se arrepienten de nada de lo que han hecho en su vida”.
Supongo que lo hacen en un intento de dar por sentado que todo ha sido para bien incluso aquello que pueden considerar equivocado o fracasado. Aunque la intención no es mala, me parece que utilizar esa frase de muletilla o como lema de aprendizaje en la vida es muy triste, pues ¿cuántas veces hemos metido la pata? Yo, más de mil. Pero además, muchas veces, hemos herido a los demás y claramente hemos sentido la necesidad de pedir perdón.
Y ¡¡qué sano es pedir perdón!! Nos permite rehacer las relaciones, retroceder un paso y volver a intentar hacer las cosas bien, expresar cada uno a su modo un “ojalá no te hubiera hecho esto”. Arrepentirse de algo no es malo, significa haber tomado conciencia de las consecuencias que ha tenido nuestro comportamiento. En cualquier caso, hacer balance, observando aciertos y equivocaciones, mejorará el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y si estamos dispuestos a rectificar, nos acercará a los demás.

viernes, 1 de abril de 2011

Un poco cazurros

Que nadie se lo tome a mal, además todos algunas veces nos comportamos de modo cazurrillo, pero lo que os quiero contar hoy es algo que tiene que ver con una actitud vital y que muchos mantienen a lo largo de su vida como algo bueno cuando no lo es.
No sé cuál es la definición exacta de cazurro pero yo lo aplico a las personas que tienen la mente estrecha y eso qué quiere decir: personas que creen que ya poco o nada tienen que aprender de la vida ni de los demás, les lleva a una actitud de autosuficiencia exagerada y para colmo no saben o no les gusta escuchar. En las discusiones amenas entre amigos siempre llevan las de ganar, porque a ellos “¡qué les vas a contar a estas alturas!”
Un ejemplo gráfico sería lo que llevan los caballos en los ojos (creo que se llaman anteojeras) para no “entretenerse”, de hecho la definición de la RAE es: piezas de caballería para ver sólo de frente y no por los lados.
Pues ¡vamos a mirar a todos lados con curiosidad e inquietud, con las mismas ganas que tienen los niños de aprender de todo lo que les rodea!!