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viernes, 16 de diciembre de 2011

Perdonar

Todos estamos preparados para perdonar, el problema es que a veces es difícil. Habéis escuchado “perdono pero no olvido” o “yo no puedo perdonar”. Me gustaría mucho explicaros mis conclusiones después de escuchar muchas cosas, de ver muchas cosas en apariencia imperdonables.
Se perdona sólo si se quiere perdonar, como acto libre y voluntario que únicamente depende del que perdona y que aunque es más sencillo realizar cuando nos piden perdón, es independiente de eso.

Qué duro suena ¿verdad?, pero que bien se está cuando no tienes nada ni nadie a quien perdonar. Cuántas veces hemos esperado a escuchar “perdóname por favor” o a que nos pongan esa carita de arrepentimiento para pasar página y volver a empezar, pero ahora soy consciente de que pedir perdón libera y es útil sobre todo para el que lo pide, y aunque ayuda a ser perdonado es como os decía independiente del que perdona, es como el Amor, se puede amar de verdad sin ser amado. Es así como es posible la felicidad de las personas a las que les han truncado la vida (me acuerdo ahora de la sonrisa y la paz de Irene Villa) y no les van a pedir perdón.
Nos hace mal no perdonar, nos somete, nos esclaviza y nos pesa como una piedra en el corazón. Claro que es difícil y está íntimamente relacionado con nuestra capacidad de Amar, sólo así se entiende que debamos perdonar hasta 70 veces 7, esto es, SIEMPRE.
Hazte un favor y piensa si tienes algo que perdonar…y PERDONA!

2 comentarios:

Guillermo dijo...

Totalmente de acuerdo. En mi corta vida de sacerdote veo muchas veces el sufrimiento de quien no perdona una ofensa. El no perdonar es consecuencia del rencor (no amar) y el rencor se transforma en una amargura que con el tiempo y poco a poco va engullendo todas las dimensiones de la vida. Quien no perdona no es feliz.

Paloma Carrasco Vergara dijo...

Muchas gracias Guillermo por compartir con nosotros tu propia reflexión!!!