El inmenso poder del odio, comienza con una pequeña semilla,
que germina y se enriquece con pensamientos que la hacen crecer y crecer. A
veces, el jardinero que la siembra no eres tú mismo, digamos que viene de fuera,
ni siquiera esas veces, aunque parezca justificado, debes dejar que gane terreno
el rencor. Poco a poco irá arrasando con todo lo bueno y lo bello que encuentre
por el camino, hasta invadir tu corazón, hacer de éste su hogar.
No todos las personas somos iguales, ni somos capaces de lo
mismo…aun así debemos recordar que también “los malos” algún día fueron niños,
que rieron y jugaron, que no siempre les faltó el cariño de sus seres
queridos. Pero en ellos sembraron la semilla del odio, otros factores
(ambientales, sociales, personales…) hicieron que se convirtiera en un frondoso
árbol, que les hizo perder el corazón e incluso la razón.
Arranca cualquier sospecha o duda que te esté llevando al
resentimiento, al rencor, a la envidia, o cualquier otra forma de
enfrentamiento humano…te sentirás liberado!!
Hoy, un recuerdo especial a las víctimas del 11S,y otras
tantas víctimas de terrorismo.
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